miércoles, 6 de julio de 2011

Historia de la Vida Real: "Analfabetismo Congénito"

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Al principio, Iris iba solísima, con su enfermedad, a la consulta. Siempre me llamaba la atención su persistente candidiasis bucal, que me indicaba que no estaba cumpliendo el tratamiento antirretroviral. Cuando llené su ficha de la consulta, al interrogarla sobre su nivel de instrucción, reconoció no saber leer ni escribir. Una adulta joven de poco mas de 30 años de edad, viviendo en pleno corazón geográfico del Oeste de la Capital de la República Bolivariana de Venezuela, en pleno siglo XXI! Con el correr de las consultas sucesivas, me topé de lleno con el obstáculo que esa deficiencia educativa representaba, para que Iris comprendiera la infección por el VIH/SIDA y el tratamiento antirretroviral. Ella me juraba que se tomaba el tratamiento al pie de la letra y yo, por supuesto, no le creía. Opté por hacerle las indicaciones pintando las pastillas con los colores de las mismas, y como en Venezuela todo el mundo sabe jugar lotería, al lado de la pastilla le colocaba el número de pastillas que debía tomar y la hora de la toma, pero nada, Iris iba cada vez peor. Cuando decidí ahondar en su estructura familiar, descubrí que casi todas las personas con las que vive son analfabetas igual que ella: sus hermanas, sus hijas, etc. Y todas, jóvenes como Iris. Esto me corrobora la feminización de la pobreza que se ha postulado como rasgo epidemiológico del África Subsahariana, pero en el ámbito nacional. Con Iris se comprueba que el sistema educativo tuvo, hasta ahora en Venezuela, la función de reproducir en el tiempo y en el espacio, las relaciones de producción del sistema explotador y capitalista vigente (...) Iris esta cada vez peor (...) No puedo esperar otra cosa. Esta negada a alfabetizarse, a entrar en la Misión Robinson; Trabajo Social del Hospital es superado ante este problema. Los médicos cubanos por un lado, los médicos venezolanos por el otro, los consejos comunales sirven para todo menos para detectar un problema de déficit educativo familiar como el de Iris. El sistema tradicional público de salud va por un lado, y Barrio Adentro por el otro. La integración gubernamental parece no existir para resolver problemas de pobreza estructural y crónica como el Iris y su familia; y mientras tanto, el VIH va acabando lentamente con su existencia, peor que un cáncer. Últimamente, han aparecido los familiares de Iris, acompañándola a la consulta o la hospitalización, ya eso es algo. Peor que el VIH es la depresión y la soledad, mientras tanto, el SIDA sigue subiendo el cerro. ¡Que impotencia!

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