jueves, 24 de marzo de 2016

Dejar de fumar abruptamente es mejor que suspender el tabaquismo en forma gradual

0 comentarios
 
Las personas que dejan de fumar abruptamente tienen más probabilidades de mantenerse abstinentes a las 4 semanas y a los 6 meses en comparación con las que dejan de hacerlo gradualmente, según un nuevo estudio aleatorizado y controlado de 697 fumadores.
            Nicola Lindson-Hawlel, PhD, de la Universidad de Oxford, Reino Unido, y sus colaboradores informan sus hallazgos en un artículo publicado en versión electrónica el 15 de marzo en Annals of Internal Medicine.
            “El apoyo al cese gradual del tabaquismo puede ser una forma útil de incrementar el cese en la población, pero dejar de fumar abruptamente es el método más eficaz, incluso en personas que no lo prefieren”, señalan los investigadores.
            Los investigadores asignaron de manera aleatoria a 355 fumadores adultos al grupo con cese abrupto y 342 al grupo con cese gradual. Los participantes fueron alistados de 31 consultorios de atención primaria.
            Los participantes en el grupo con cese abrupto seleccionaron un día en las 2 semanas subsiguientes en el cual dejar de fumar.
            Los participantes en el grupo con cese gradual redujeron su tabaquismo 50% al final de la primera semana y otro 25% en la segunda semana antes de dejar de fumar por completo el día del cese.
            Las enfermeras proporcionaron apoyo conductual a los participantes de los dos grupos y los pacientes de ambos grupos utilizaron parches de reemplazo de nicotina tanto antes como después de fumar. Los participantes del grupo con cese abrupto también previeron momentos en que sería muy difícil evitar el tabaco y desarrollaron estrategias de adaptación para evitar las recaídas. Los participantes en el grupo con cese gradual recibieron tratamiento de reemplazo de nicotina de acción breve de su elección.
            Los investigadores evaluaron la cantidad que fumaban los pacientes y midieron la cotinina salival y la concentración de monóxido de carbono exhalado en cada sesión clínica subsiguiente. Utilizaron la Escala de Síntomas Afectivos y Físicos para Medir los Síntomas de Abstinencia del tabaco y vigilaron a los participantes para determinar posibles sobredosis de nicotina durante las dos semanas del tratamiento de reposición de nicotina concomitante y tabaquismo antes del día del cese.

            A las 4 semanas, 39,2% (intervalo de confianza [IC] de 95%: 34,0% - 44,4%) de los participantes en el grupo con cese gradual y 49,0% (IC del 95%: 43,8% – 54,2%) de los participantes en el grupo con cese abrupto estaban abstinentes. Los datos no demostraron la no inferioridad (riesgo relativo [RR] no ajustado: 0,80 [IC del 95%: 0,68 – 0,96]); por otra parte, los participantes en el grupo con cese gradual tuvieron menos probabilidades de tener abstinencia a las cuatro semanas (RR ajustado; 0,80, IC del 95%: 0,66 – 0,93) en comparación con los del grupo con cese abrupto, que fue el criterio principal de valoración.
            A los 6 meses, 15,5% (IC del 95%: 12,0% - 19,7%) de los del grupo con cese gradual y 22,0% (IC del 95%: 18,0% - 26,6%) de los del grupo con cese abrupto estaban abstinentes, con un riesgo relativo de 0,71 (IC del 95%: 0,46 – 0,91).
            Los autores también señalan que cuando estratificaron a los participantes de acuerdo con su método preferido de suspensión ―gradual o abrupto― los que prefirieron dejar de fumar en forma gradual (38,3%) tuvieron menos probabilidades de estar abstinentes que los participantes que prefirieron dejar de fumar en forma abrupta (52,2%), independientemente de su asignación en el estudio (p = 0,007).
            “Descubrimos evidencia clara de que dejar de fumar en forma abrupta era superior a corto y a más largo plazo. El cumplimiento de las instrucciones en la conducta y antes de la suspensión [tratamiento de reemplazo de nicotina] fue satisfactorio, y la medicación fue bien tolerada”, señalan los investigadores. “Los participantes que prefirieron suspender el tabaquismo en forma gradual tuvieron menos probabilidades de lograr la abstinencia, independientemente de cómo fueron asignados para dejar de fumar”.



Referencias

1.     Ann Intern Med. Publicado el 15 de marzo de 2016 en versión electrónica.

Leave a Reply